¿Qué vas a practicar hoy?

Porque que en eso que practiques, te volverás bueno…
¿Qué pensamientos practicarás hoy? ¿A dónde te llevarán?

Mi realidad se desarrolla según la forma en que la veo.
No es tanto que yo vaya dictando mis voluntades al universo y que este me esté contestando por atracción mágica, sino que es pura lógica: si yo ando por la vida escéptica, mi entorno se encarga de corroborar mi visión de ella. Mi comportamiento desconfiado hará que la gente se me quede a cierta distancia, sin querer entregarse cariñosamente. Si voy con ira, mi actitud generará tensión entre mis relaciones, provocará interacciones más conflictivas, confirmando que tenía razón de estar enojada. Mi forma de pensar provoca una actitud que a su vez genera cierta reacción de mi entorno. Y voy buscando en mi camino las pruebas que demuestran que lo que pienso es correcto. Pongo las señales. Y las interpreto. Léon Festinger lo llamó protegerse de la disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva es la tensión o la desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) que una persona percibe cuando surge un conflicto en el sistema. Esto lo lleva a adaptar su visión o su experiencia de la realidad para reducir esta pugna.

Por otro lado, queda claro que cuanto más practicamos algo, mejor nos volvemos en ello: si quieres tocar la guitarra, tendrás que ponerte a ello día tras días, hasta que poco a poco te salga naturalmente. Al practicar una actividad creamos circuitos neuronales de la misma forma que si desbrozaramos caminos en nuestro cerebro. Cuando la información pasa por este camino una y otra vez, se encauza cada vez más fácilmente, necesitando menos concentración y esfuerzo, hasta volverse algo natural, hasta fluir ni sin pensarlo.

Mis pensamientos siguen el mismo principio, i.e. si quiero crear una vida mejor, más positiva, exitosa, amorosa, tengo que entrenar mi mente para ejercitar y crear circuitos neuronales que disparen pensamientos, emociones y actitudes que producen las consecuencias que quiero. Así que tengo que:
  . Primero escuchar mis pensamientos y mis emociones negativos, todos los que me susurran «no puedes, no vales, no lo lograrás, es culpa de los demás….», darme cuenta de la energía que traen y transmiten a mi propio cuerpo y acciones, y a los demás.
  . Luego ver en qué medida el pensar así realmente me ayuda, me aporta algo, ¿qué pasaría si dejara de pensar así? Ver si puedo encontrar alguna forma de corroborar que este pensamiento es real, verdad, quien dice, si en algún caso no es cierto, o si algunas personas piensan diferente (ver el método de indagación de Katie Byron). Lo más probable es que me dé cuenta que este pensamiento no sirve para nada y que además no es totalmente acertado.
  . ¿Entonces qué otro pensamiento sería útil para mi? ¿Qué emoción? ¿En qué entorno?

Una vez que tengo claro qué pensamientos/actitudes/costumbres podrían apoyar mi propósito, me pongo a practicar hasta crear estas autopistas en mi cerebro para que día tras día me salga natural, y logre desempeñar mi vida acorde a mis objetivos!
Así de fácil 😃

¿Y tú? ¿Qué vas a practicar hoy?

Hablan de ello :

Amar lo que es - Katie Byron
Teoría de la disonancia cognitiva - Léon Festinger
Breaking the habit of being yourself - Joe Dispenza
El fin del sufrimiento - Borja Vilaseca